Buenas noches lectores, como ya pone el el título os contaré la tarde tan incómoda que he pasado en mi vida.
Como ya sabreis Hungria y yo somos grandes amigos, aunque antes fuimos pareja lo admito y eso es algo que Gilbert odia y de lo que siempre está celoso, en fin vino a visitarme como suele hacer para charlar de nuestras cosas aunque claro como Gilbert vive ahora aquí se enfadó bastante por que no sabía nada de eso pero decidimos dejar esa discusión ya que era una falta de respeto para nuestra invitada.
Cuando entró Elizabetha les dejé un rato en el salón mientras preparaba un té pero en cuanto volví me encontré con esto... Sabía que esos dos se odiaban pero no creía que fuera tanto... En fin
después de que Gilbert se curara (aunque no admitía que le dolía y eso
que tenía una marcha muy fuerte) y que Hungria se disculpara los tres
pasamos la tarde hablando... Si hablar quiere decir que esten esos dos
discutiendo los diez primeros minutos, luego otros diez de incómodo
silencio y después de eso Gilbert se fue sin decir nada...
Tras
eso los dos al fin hablamos sobre nuestras cosas pero cuando nos
empezamos a reír Gilbert salió de nuevo con mi portatil y se puso en
medio de los dos con los cascos puestos y sin decir nada más, así que
Elizabetha intentamos de nuevo retomar la conversación pero cada vez que
empezabamos Gilbert interrumpía con alguno de sus comentarios pueriles y
haciendome carantoñas todo el rato... Nunca había visto a Gilbert tan
cariñoso pero es que se notaba que lo hacía con dobles intenciones y que
evidentemente incomodaba a Elizabetha. No pudimos hablar de nada ni un
momento tranquilos.
Fue
una tarde bastante rara e incómoda... Después de eso como se terminó el
té y los dulces fui a preparar más pero cuando llegué me encontré de
nuevo con otra escenita. No sé que diablos hicieron pero los dos
acabaron insconcientes... Iba a intentar separarles y ponerlos en un sitio cómodo para al menos que no se despertaran peor pero dejé a Gilbert allí mismo recordando una de sus, supuestamente, maravillosos despertares de los que casi me matan ¡¿pero qué clase de humor amocida tiene?! Da igual que me enredo entre las ramas. A Gilbert, evidentemente y en castigo, lo dejé allí mismo y a Hungria la dejé en el sofá.
Al rato despertaron y tras una pelea entre ellos, de la que tuve que evitar que de nuevo se les fuera de las manos, despedí a Hungria como es debido y me disculpé por Gilbert por que sé que nunca lo haría el mismo aunque no hemos hablado más en todo el día ya que se ha encerrado en su cuarto y no quiere ver a nadie.
No me explico como se puede enfadar tanto...